Galletas navideñas. Receta sencilla.

Ayer era día festivo, aunque papá trabaja en la ciudad vecina y no tuvo la misma suerte nosotras.

El día se presentaba ventoso, ¡muy ventoso!, con lluvia, rayos y truenos, no era buen plan salir de casa, más bien hubiera sido toda una odisea.

La mañana pasó tranquila entre juegos, dibujos y conversaciones varias; y, después de una comida sabrosa y caliente sólo quedaba disfrutar de una buena siesta sobre el regazo de mamá, (o leer algún libro si el sueño no llegaba)

La tarde seguía igual, ¡más fría y ventosa aún!, así es que nos dispusimos a hacer galletas navideñas, no sé si serán muy navideñas pero el ponerles ese nombre, por estas fechas, les hacía mucha ilusión.

Así que allí nos fuimos las tres reposteras, con más hambre que experiencia, a cocinar nuestras galletas.

Es realmente bonito ver cómo van creciendo, como ya pueden hacer casi todo ellas solas, las dos juntas; escucharlas pedirse lo que necesitan, cómo se complementan mutuamente, ¡ fui casi una simple observadora de dos maestras reposteras!.

Mientras esperábamos a que la masa se enfriara para poder trabajarla, nos tomamos un pequeño tentempié: un nutritivo «licuado de banana», para soportar la tentación de engullir las galletas YA.

Una vez fría, ¡manos a la masa!, ahora sí que podemos recrearnos, sólo tenemos un pequeño vasito para cortarlas de forma redonda pero con un poco de imaginación, la parte posterior de una cuchara, las manos y mucha ilusión, ¡salen galletas de la forma que uno quiera!

La verdad fue una tarde muy divertida, echaba de menos hacer galletas… Solemos hacer bizcocho (bizcochuelo), porque para la peque aún era pronto lo de hacer galletas… ¡hasta hoy!, que ya disfruta de verdad de hacer sus propios diseños.

Bueno, os dejo la receta, por si os apuntáis al arte de darle forma navideña a una masa de galleta con harina integral y azúcar de caña, eso sí, ¡sabrosas, sabrosísimas!, hasta el papi, que no es nada «galletero» se comió unas cuantas al llegar a casa.

3/4 taza de azúcar de caña (si es biológica mejor).

2 tazas de harina integral (si es biológica mejor).

2/3 sobre de levadura.

100 gr de mantequilla.

2 huevos.

1 pizca de sal.

1 limón (1/2 cucharadita de zumo y ralladura a gusto)

1 pizca de canela (¡o la que te guste!)

Se mezcla el azúcar con la mantequilla hasta hacer una pasta homogénea, luego se agrega 1 huevo entero y 1 yema, el zumo y la ralladura del limón, la pizca de sal y la canela, y se mezcla bien. Se agrega la harina previamente mezclada con la levadura, despacito mezclando bien, y finalmente se la deja una media hora en la nevera.

Una vez pasado ese tiempo se la saca del frío, se coloca sobre la mesa limpia previamente espolvoreada con harina y se pasa el rodillo hasta conseguir un espesor de 0,8 cm más o menos. Y ya está, ahora… ¡a desbordar creatividad!

Luego al horno, a 170-180º durante 12-15 minutos y, ¡a disfrutar!, quedan realmente ricas y os aseguro que dos niñas de 3 y 6 años pueden hacerlas prácticamente sin ayuda (bueno, la última parte del amasado es complicada, hay que tener un poco de fuerza), pero son geniales para hacer con peques.