Telas para bandolera de anillas.

Las bandoleras son portabebés muy versátiles y a la vez muy sencillos, con un trozo de tela de unos 2 metros de largo y unos 65-70 cm de ancho, (y un par de anillas testadas parar soportar el peso del bebé y más), puedes hacerte una bandolera y disfrutarla por años.

Pero entonces surge la duda… ¿Qué tipo de tela se necesita?.

Tal vez la respuesta sería mucho más sencilla pudiendo enseñar las telas más apropiadas en persona, de modo que pudieras tocarla, estirarla, mirarla a contraluz luz, etc. Pero, como a veces no es posible, intentaré describir aquí, más o menos, el tipo de tela que, a mí, me parece el más conveniente.

En principio cualquier tipo de tela lo suficientemente resistente, que no sea ni muy fina ni muy gruesa, que practicamente no ceda (en realidad es mejor que sí, pero muy muy poco y que luego vuelva a su sitio, que no se deforme sino que se adapte al cuerpo del bebé) y, de ser posible, que ceda sólo en diagonal y no en transversal ni en longitudinal, es una tela apta para una bandolera.

A mí me gustan mucho las telas de algodón 100%, y, si es algodón orgánico, mejor. Las telas de algodón no suelen producir alergia, son transpirables y por lo general muy agradables al tacto. La «pega» que pueden tener es que si son telas más bien gruesas tardan más que las mezclas en secarse y, muchas, en especial las más finas, se arrugan bastante, simplemente por la naturaleza de la tela, aunque por lo general se planchan muy fácil y muy bien.

Sin embargo buscar una tela de algodón 100% no garantiza que sea una tela apta para una bandolera, existen muchísimas telas de algodón diferentes, desde las tejidas en hilos delgados haciendo una trama casi completamente translúcida hasta las gruesas lonetas tejidas en hilos fuertes y gruesos.

Las telas demasiado finas no son recomendables, además de que el soporte no será el mejor, pueden no tolerar el peso de un bebé al ir creciendo y, en menos de lo esperado, rasgarse, principalmente por la zona de la costura.

Es preferible pasarse de precavido y evitar las telas finas en exceso, es necesario conseguir una tela lo suficientemente gruesa y resistente para asegurar que puede soportar el peso del bebé con márgen de sobra, aún después de ser utilizada y lavada varias veces, con el desgaste natural que eso provoca.

Sin embargo es necesario que la tela no sea demasiado gruesa, ni demasiado «dura» o recia, de modo que pueda correr por las anillas con suavidad facilitando el ajuste y por lo tanto la colocación correcta del bebé; si es demasiado gruesa puede quedar atascada en las anillas y volverse muy difícil el ajuste. A la vez, si es muy «dura» puede no adaptarse correctamente al cuerpo del bebé y generar puntos de tensión que podrían evitarse con una tela más «amorosa» y delgada.

Lo ideal es ir a una tienda de textiles y tocar las telas, mirarla a tras luz (cuanto menos se transparente entonces más denso es el tejido y mejor aguantará a los bebés más pesados), estirarla entre los dedos para ver si cede y cómo lo hace, y, si aún sigues con dudas, pedir asesoramiento a un dependiente con experiencia en textiles comentándole lo que deseas.

Como comentaba más arriba, no importa que no sea 100% algodón; las mezclas con poliéster les otorgan resistencia y hacen que se arruguen menos y se sequen más rápido. Yo prefiero algodón, pero, como todo, es cuestión de gustos. Si utilizara una mezcla, la elegiría con por lo menos un 70 % algodón y 30% poliéster. Por ejemplo una gabardina ligera, popelina, etc, lo importante es la composición y la calidad de la tela, que más o menos cumpla con lo que mencionaba antes.

Algo importante también a la hora de comprar es que la tela se corta «al hilo» , es decir, a lo largo del borde de la tela, por lo que si compramos una tela de 150cm de ancho deberíamos comprar unos 2 metros de largo (¡y nos saldrían 2 bandoleras! ya que cortando esta tela al hilo quedarían dos trozos de 2 metros de largo por 75cm de ancho).

Existen telas de 280 m. de ancho y podría tentarnos  a comprar solo 70 cm. pero hacer el cálculo así no está del todo bien ya que estaríamos cortando la tela a través y no al hilo, y esto puede dificultar la costura e incluso hacer que se deforme, que quede irregular el dobladillo y que se pierda la «caída» de la tela, entre otras cosas.

Algo interesante a tener en cuenta es elegir el grosor de acuerdo al clima o circunstancia en que la vamos a utilizar.

Las telas más finas (siempre teniendo en cuenta que sean lo suficientemente fuertes) van muy bien para el verano, en especial las de algodón puro (por ser transpirables) y las de lino, o mezcla de ambas. Hay que tener en cuenta que mientras más fina más fresca pero también menos vida útil va a tener, no sólo porque a medida que el bebé va creciendo va necesitando una tela con más cuerpo, fuerza y soporte, sino porque al ser una tela fina está tejida con hilos más finos también y, con el uso y los lavados, se irá desgastando y volviendo más fina antes que otra más gruesa (otra vez, todo depende también de la calidad). Eso sí, una ventaja de ser fina (entre otras) es que la bandolera abultará muy poco y si es de cola corta podrás guardarla en cualquier sitio, ¡incluso en tu bolso de mano!.

Para el invierno o climas muy fríos vienen bien telas más gruesas, con más cuerpo. Éstas darán mejor soporte y abrigo y probablemente duren más tiempo. Sin embargo, algunas telas gruesas no son lo suficientemente amoldables para bebés recién nacidos y, a veces, es preferible sacrificar la durabilidad de una bandolera por la comodidad y respeto a la fisiología de un recién nacido. (Además, seguramente, una vez que pruebes una bandolera no te quedarás sólo con una, y, cuando sea mayor, ya podrás hacerte una más gruesa o con las características que necesites en ese momento). De todos modos, depende más de la trama y el tipo de textil que del grosor, eso podrás notarlo al tocar la tela, estirarla y mirarla a contraluz.

Elegir una tela para bandolera no es sencillo, pero tampoco es tan complicado ¡hay que animarse!, mirar y probar mucho. Cuál es la que mejor os irá a vosotros depende de las circunstancias particulares: la edad del bebé, su peso, el clima donde vivís, el uso que vayáis a darle, etc.

Espero que esta pequeña entrada os haya resultado útil y muy pronto disfrutéis vuestra nueva bandolera.

Sol.