Licia Ronzulli, durante la votación en el pleno. Reuters. El Mundo.
Ayer me enterneció una imagen. Al principio la vi de lo más normal, una madre con su bebé en un fular. Seguidamente vi que estaba en el Congreso.
Curiosamente no me llamó la atención el hecho de que la madre siguiera con su vida de mujer, con su oficio o carrera, con su bebé pegadito a su pecho, como instintivamente busca estar el bebé y lo acoge su madre, sino que, lo que atrajo mi atención, fue saber si el resto de personas la habían dejado estar allí con su bebé… ¿Se entiende la diferencia?… Triste saber que la mayoría de la gente se «alarmaría» de ver a una madre con su bebé, de no «comportarse profesionalmente»…
¿Por qué la gente no ve normal que una madre esté con su bebé?…
Cuando mi niña menor tenía 4 meses se ofertó un curso de Odontopediatría que me interesó. Con esa edad mi chiquitina, como es normal a esa edad, estaba todo el día pegadita a mí, en la bandolera o el fular, durmiendo y mamando, con el pecho a total disposición.
El curso era de 2 días, casi 8 horas por día; era completamente impensable separarme de ella esa cantidad de horas (es más, era impensable separarme tan solo 1 hora).
Creo que ni me lo pensé, me inscribí, era muy interesante y económico, era de esas cosas que no puedes dejar pasar.
Y allí me fuí, vestida «de congreso», con mi mejor bandolera y mi bebé, que como todo bebé a esa edad, era parte de mi, de su mamá. Lee el resto de esta entrada »